Vivian Maier fue una mujer Neoyorquina que compaginaba su trabajo de niñera con su mayor pasión, la fotografía. E incluso de manera constante mezclaba estas dos facetas y las convertía en fotografías a los niños que cuidaba.
Pero sin embargo su historia va mucho más allá de una simple cuidadora apasionada de la fotografía, todo lo que gira entorno al nombre Vivian Maier tiene un trasfondo, desde su descubrimiento y fama hasta su vida y personalidad.
Algunos de los carretes de Vivian fueron descubiertos por John Maloof durante una subasta, las imágenes le produjeron altos niveles de curiosidad por lo que John decidió revelarlos e indagar en su origen. Desde el primer momento conocía el rostro de la creadora debido a sus numerosos autorretratos, pero gracias a su persistencia consiguió conocer también importantes y misteriosos detalles sobre su personalidad. El joven consiguió contactar con numerosas familias en las que Vivian había estado trabajando de manera interna y no dudó en preguntarles sobre su personalidad y actitud y sobre la relación que mantenían con ella. Según los diferentes testimonios sabemos que Maier era una mujer muy solitaria, no sabemos si por disfrute o por destino, aunque eso sí, todas las familias entrevistadas coinciden en que su roliflex podría considerarse una extensión de su brazo ya que le acompañaba a todos los lados. También sabemos que era una persona muy íntima y misteriosa e incluso seria y tajante. Probablemente tenía un mundo interior muy grande y usaba la fotografía como medio para "exteriorizarlo", aunque cierto es que no lo llegó a hacer al completo ya que estas creaciones artísticas se limitaron a su disfrute personal, guardaba los carretes en su habitación, una zona privada y personal de Vivian donde ni si quiera los caseros podían pasar.
Una de las personas entrevistadas habla incluso de una posible enfermedad mental debido a su extraña actitud reservada e incluso en ocasiones algo agresiva. Otra confiesa que en una ocasión se atrevió a preguntarle a Vivian de manera personal su verdadera identidad, a lo que ella respondió que era "una especia de espía", probablemente se trataba simplemente de una respuesta gracias a la cuál evitaba de manera irónica desvelar su realidad.
En mi opinión le hubiera horrorizado presenciar la respuesta tan positiva que han recibido sus fotografías ya que era una mujer acostumbrada a la soledad, y si encima añadimos su posible enfermedad mental, creo que le hubiera sido muy complicado gestionar todas las emociones que un inesperado "salto a la fama" le hubiera supuesto.
Tras ver el documental y conocer más sobre su forma de ser, dudo mucho de su felicidad, me la imagino como una persona independiente y que había aprendido a vivir en soledad e incluso a disfrutarlo, pero existían numerosas carencias en su vida (afectivas, sociales, económicas..) que dudo mucho que le permitieran ser feliz.
Comentarios
Publicar un comentario